“Los días y los años que Dios concede al hombre constituyen un capital que debe invertirse sabiamente de modo que produzca réditos eternos.” (1) (José M. Martínez)
Hace 100 años, en 1924, nació D. José M. Martínez fundador de Pensamiento Cristiano, un hombre de Dios que vivió para el pueblo de Dios. Y es con profunda gratitud al Señor que nos complace conmemorar este centenario.
No es fácil honrar la memoria de alguien que en vida rehuyó todo tipo de actos que estuvieran centrados en su persona. El ministerio de D. José M. Martínez siempre tuvo por bandera edificar la iglesia y bendecir a los creyentes huyendo de todo protagonismo.
Respetando este espíritu de no exaltar al hombre sino a Jesucristo, el Hombre por excelencia, pensamos que la mejor manera de celebrar esta efeméride es recordar y promover el valioso legado de su obra. Él ya no está con nosotros físicamente, pero la voz de José M. Martínez sigue hablándonos a través de sus libros, sermones y artículos. Parafraseando el texto bíblico podríamos decir que su obra con nosotros sigue (Ap. 14:13).
Con este propósito en mente, iremos publicando a lo largo del año una selección de sus escritos y predicaciones. A través de ellos veremos fluir su pensamiento y redescubriremos al maestro de la Palabra, al teólogo y al pastor que con su ministerio nos ha dejado un rico patrimonio plenamente vigente para la iglesia hoy.
En el mensaje del culto memorial celebrado unos meses después de su partida, se recordaban “los pilares de la fe” del pastor José M. Martínez. Fueron las columnas que le sostuvieron a él y que Dios ha usado en su providencia para sostener a muchos otros. Recordamos estos pilares a modo de síntesis de una vida y una obra de alguien que un día quedó “prendido y prendado de Cristo”.
Dios guiando: el tejido misterioso de la Providencia
Cristo cautivando: prendido y prendado de Cristo
El Espíritu Santo llamando: una vocación irresistible
La Palabra de Dios fortaleciendo: la Biblia, Roca de mi fe
El Cristo vencedor acompañando: la suprema esperanza ante la muerte
Tan valioso legado no puede quedar en el olvido. Por ello queremos compartirlo con nuestros lectores y con todo el pueblo de Dios para que siga llevando fruto en abundancia. Éste habría sido el deseo de José M. Martínez y creemos que es la mejor manera de recordar a un siervo de Dios que, junto a su amada esposa Julia Vila, vivió para dar semilla al que siembra y pan al que come (2 Co. 9:10).
Damos muchas gracias a Dios por D. José M. Martínez, una vida de siembra que nos ha dejado una siega abundante.
Presentación de la Web Memorial de D. José M. Martínez
Notas al pie
(1) Salmos Escogidos, p. 122. Cita referida al versículo 12 del Salmo 90: “Enséñanos a contar de tal modo nuestros días que traigamos al corazón sabiduría” - volver
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