La Biblia dice...

El contenido de esta obra fue originalmente predicación en la iglesia de la que el autor era pastor. Su finalidad es presentar las principales enseñanzas básicas de la Biblia de modo claro, a fin de que los no creyentes hallen una guía para conocer el meollo del Evangelio y los creyentes puedan tener una mejor comprensión del mismo. Es, pues, un auxiliar para la evangelización y un compendio de doctrina para la formación cristiana.
Dado que los capítulos del libro son en principio reproducción por escrito de lo que un día fue predicado, el estilo difiere del de una obra gestada y alumbrada por medio de la pluma; pero, por otro lado, es más directo y personal, tanto que plantea al lector el reto a una decisión.

• Prólogo editorial

• Introducción
• Toda Escritura es inspirada
• En el principio, Dios
• Y creó Dios al hombre
• El pecado entró en el mundo
• El Verbo se hizo carne
• ¿Quién es éste?

JESUCRISTO, EL GRAN PROBLEMA

Desde hace veinte siglos, la presencia de Jesucristo en la historia es un problema. Preocupó a los judíos de su tiempo y ha seguido preocupando a los hombres. Aun para sus enemigos la figura de Jesús ha sido una pesadilla, pues cuanto más han tratado de borrarla o desvirtuarla, tanto más ha resurgido su grandeza sobrehumana. Si Jesucristo fue un impostor, como afirmaban sus adversarios, si no fue más que un gran maestro, un hombre singularmente bueno y nada más, no hay por qué desazonarse. No se ve la razón por que haya de erigirse su doctrina en la norma suprema y universal de la conducta humana; sus promesas no son más que fantasías; sus juicios, pretensión vana. Pero si Jesucristo fue algo más, lo que declaró ser, nuestro destino eterno depende de nuestra relación con él. Entonces no podemos darnos descanso hasta saber en verdad quién es Jesús de Nazaret. (pág. 84)

Jesús era el Hijo Unigénito de Dios, el Verbo eterno, Dios mismo; hombre perfecto y Dios verdadero. Era el Mesías de Israel y el Cristo del mundo entero, el Prometido y Deseado de las gentes, el Admirable, Emmanuel (Dios con nosotros)... Por eso su figura es única, incomparablemente grande y gloriosa. Por eso sus mismos oponentes han tenido que doblegarse y confesar con Renán: "Sean cuales fueren los cambios del futuro, Jesús jamás será superado. Reposa, noble iniciador, en tu gloria. Tu obra está terminada; tu divinidad, establecida. Mil veces más amante y amable después de tu muerte que en tu vida terrernal, llegarás a ser la piedra angular de la humanidad, de tal manera que eliminar tu nombre de este mundo equivaldría a conmoverlo en sus mismos cimientos." (pág. 92 s)