Job, la fe en conflicto

La figura bíblica de Job es conocida muy superficialmente. La mayoría de personas tienen a este personaje como paradigma de paciencia, cuando en realidad no es esta la faceta que más le distingue. El verdadero Job es un agonista, un luchador heroico con rasgos sublimes, pero también con serios errores. Es un gran hombre, pero hombre al fin y al cabo. Capaz de afrontar con temple de acero las mayores calamidades, no pudo compaginar su teología con su experiencia, lo que significó para él una insufrible tortura. Si él había vivido íntegramente, ¿por qué Dios lo castigaba como si fuese el mayor de los injustos? Discute no sólo con sus tres «amigos», inútiles consoladores, sino también con Dios mismo. Finalmente se ve vencido por la majestad y la soberanía de Dios, y su fe, acrisolada por sus dolorosas pruebas, sale triunfante y goza nuevamente del favor de Dios.
En Job infinidad de personas han visto reflejadas las experiencias espirituales más intensas de su vida. Por eso el libro no ha perdido actualidad. Y mientras haya en el mundo seres humanos que sufren incomprensiblemente, mientras haya almas que agonizan enfrentándose con los misterior morales del universo, animados por la fe y torturados por la duda, pero indómitas en su búsqueda de luz, el libro de Job tendrá un mensaje único, insustituible.
El comentario que se ofrece profundiza en la experiencia de Job y extrae las saludables leccciones que los monólogos del patriarca y los diálogos con sus inútiles «consoladores» encierran.

• Prólogo
• Abreviaturas

• INTRODUCCIÓN AL LIBRO DE JOB
• PROLOGO DEL LIBRO (Caps. 1 y 2)
  Job, el hombre. - Job, el santo. - El principio de la prueba. - El infortunio desencadenado. - Al borde de la destrucción. - ¿Un triple rayo de esperanza?
• PRIMER CICLO DE DISCURSOS (Caps. 3:1 - 14:22)
  • JOB: ¿Vale la pena vivir?
  • ELIFAZ: La voz de la experiencia
  • JOB: Una réplica apasionada. - Un doble enfrentamiento
  • BILDAD: El abogado de Dios
  • JOB: Dios, ¿un déspota cruel?
  • ZOFAR: El intento de forzar una confesión
  • JOB: La sabiduría del silencio. - En litigio con Dios. - Ante la vida, el pecado y la muerte
• SEGUNDO CICLO DE DISCURSOS (Caps. 15-21)
  • ELIFAZ: La irreverencia de Job, condenada
  • JOB: Los vaivenes de la fe
  • BlLDAD: ¿Es regido el mundo por un orden moral?
  • JOB: «Yo sé que mi Redentor vive»
  • ZOFAR: Las trágicas consecuencias del pecado
  • JOB: Una experiencia que desmiente una teología
• TERCER CICLO DE DISCURSOS (Caps. 22-31)
  • ELIFAZ: La última tentativa
  • JOB: El Dios que se oculta y calla
  • BILDAD: ¿Puede justificarse el hombre ante Dios?
  • JOB: El difícil arte de la cura de almas. - El universo proclama la gloria de Dios. - Job, inconmovible hasta el fin
  • ZOFAR: El embate final
• CANTO A LA SABIDURÍA
• SOLILOQUIO FINAL DE JOB:
  Job recuerda su pasado. - Job y su presente. - Job hace examen de conciencia
• ELIU, EL INESPERADO (Caps. 32-37)
  Dios no permanece en silencio. - ¡Lejos de Dios el mal! - Dios no atiende los clamores vanos. - Grande es Dios y no le comprendemos.
• LA RESPUESTA DE DIOS (Caps. 38-41)
  Misterio sobre misterio. - ¿Puede el hombre juzgar a Dios?
• LA RETRACTACIÓN DE JOB (Cap. 42:1-6)
• EPILOGO (Cap. 42:7-17)
  Job, restaurado por Dios.

Francisco de Asís, al igual que muchos otros cristianos, pudo dirigirse a la muerte llamándola «benéfica y dulce», pues la contemplaba a la luz del Evangelio. Pero quienes más ardientemente desean morir carecen de la esperanza evangélica. No suspiran por «la gloria venidera», sino por la liberación de la miseria presente. Su situación se asemeja así a la de Job, para quien la oscuridad y languidez del Seol eran mil veces preferible a una vida triste y sin sentido. En vano se multiplican las reflexiones, los interrogantes agónicos sobre la existencia. «¿Por qué?» (11 s), «¿Para qué?» (20) ¡No hay respuesta! Stephan Zweig escribió: «La vida es mísera y dolorosa..., pero es vida.» ¿Qué grado de paroxismo no alcanzaría en su experiencia la decepción y el dolor cuando, anonadado por un mundo que no llegó a tolerar, decidió con su esposa poner fin a sus días?

¿Y qué hay detrás de todo ese pesimismo? ¿Cuál es la causa del hastío y la desesperación? En el fondo, la misma que en el caso de Job: una cuestión teológica, un problema de relación con Dios... Sólo cuando el hombre reconoce a Dios y vive en comunicación espiritual con él halla el verdadero propósito de su vida... Con Cristo la "vanidad de vanidades" se convierte en plenitud de plenitudes. Su luz nos ayuda a entender muchos misterios de la providencia divina que afectan a nuestra experiencia. Nuestra vida en la tierra es sólo una parte mínima de nuestra existencia. ¡Oh si Job hubiese podido vislumbrar los esplendores de la escatología cristiana! Pero él, aparte de pálidas intuiciones, nada sabía de «la esperanza de la gloria de Dios» (Ro. 5:2). No podía entender que «lo que en este tiempo se padece no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada» (Ro. 8:18). (pág. 55 s)