La obra nació cuando el autor era pastor en una iglesia evangélica de Barcelona bendecida con la conversión al Evangelio de muchas personas. Pronto se vio la necesidad de proveer un medio adecuado para instruir a los conversos en los aspectos fundamentales y prácticos de la vida cristiana. Redactado en un estilo sencillo y ameno, pero con la rigurosidad y la densidad teológica que le caracteriza, el autor, en doce capítulos, cubre los aspectos básicos del discipulado cristiano y aporta respuestas para la mayor parte de dificultades que, con frecuencia, son causa de que muchos cristianos abandonen su fe.
Al final de cada uno de los capítulos se inserta un cuestionario para facilitar su uso en grupos de estudio. A lo largo de los años han sido usados por muchas iglesias para clases de catecúmenos con el fin de que éstos tengan plena conciencia de sus privilegios y responsabilidades como miembros de la iglesia.
El gran acontecimiento de la conversión
¡Ya te has convertido! Y ¡qué significado tan precioso tiene ahora para ti la palabra «conversión»! No se trata de afiliación a una iglesia, a una secta, o a un credo determinados; ni siquiera de conversión al cristianismo. A semejanza de los antiguos cristianos de Tesalónica (1 Tesalonicenses 1:9-10), tú te has convertido a Dios y a Cristo por el Evangelio.
Sentiste el vacío de una vida sin Dios y sin esperanza; viste, a la luz de la santidad perfecta de Jesucristo, que eras un pecador destituido de la gloria divina, y comprendiste que era inútil cuanto pudieras hacer para ganar el favor de Dios por tus buenas obras; comprendiste que sólo Cristo podía salvarte. Entonces sobrevino el momento culminante. Clamaste a Cristo con todo tu corazón pidiéndole que te salvara… ¡Y Él te salvó! (pág. 7)
Santo - separado
Debemos reconocer ese aspecto de nuestra relación con Dios. Le pertenecemos completamente. Sobre nuestro ser entero (cuerpo, alma y espíritu) habría de colocarse la inscripción «Reservado para Dios». Este era el significado de la palabra «santo» en el Antiguo Testamento. Tanto las personas como los objetos que se separaban para el servicio del culto a Dios eran personas o cosas santas...
En el Nuevo Testamento reaparece la misma idea de separación y consagración. Ello no significa que todos los cristianos deben dedicar todo su tiempo al servicio del Señor al modo de un pastor, evangelista o misionero. Lo que se quiere enseñar es que hemos sido llamados a salir del pecado y del mundo... a fin de que vivamos como dignos hijos de Dios. (pág. 28)
Significado del servicio
Desde el establo de Belén hasta la cruz del Calvario, Jesús hizo siempre la voluntad del Padre. Todos los años y todos los momentos de su vida tuvieron una misma ocupación: servir al Padre. le sirvió en los oscuros años de su infancia y adolescencia en Nazaret; le sirvió sumisamente en el seno de su familia y le sirvió cuando se emancipó de ella. Servicio fue su predicación; servicio su silencio y su oración; servicio su contacto con las gentes y servicio su soledad; servicio su actividad, y servicio la prueba de sus tentaciones; servicio su vida, y servicio su muerte. Todo entraba en el programa de Dios para la vida del «Siervo» por excelencia. (pág. 108)