Pensamiento CristianoJosé M. Martínez y Pablo Martínez Vila
  Inicio   Libros   Folletos   Tema del mes   Sermones   Conferencias   Otras publicaciones   Navidad   ¡Participe!  
Inicio » Tema del mes » Mayo 2008 - Proclamando la esperanza de Cristo al mundo (I) |
 
Centenario del nacimiento de D. José M. Martínez,
fundador de «Pensamiento Cristiano»
Leer la noticia   |   Visitar web Memorial
 
POR AUTOR >
José M. Martínez
Pablo Martínez Vila
POR TEMA >
Apologética y Evangelización
El Cristiano, la Sociedad y la Ética
Familia y Relaciones Personales
Fin de Año / Año Nuevo
Navidad
Psicología y Pastoral
Semana Santa
Vida Cristiana y Teología
AÑO 2023 >
AÑO 2022 >
AÑO 2020 >
AÑO 2015 >
AÑO 2013 >
AÑO 2012 >
AÑO 2011 >
AÑO 2010 >
AÑO 2009 >
AÑO 2008 >
Diciembre 2008
La fuerza de la debilidad (III)
Noviembre 2008
La fuerza de la debilidad (II)
Octubre 2008
La fuerza de la debilidad (I)
Septiembre 2008
Vanidad de vanidades... ¿todo vanidad?
Jul/Ago 2008
Proclamando la esperanza de Cristo al mundo (III)
Junio 2008
Proclamando la esperanza de Cristo al mundo (II)
Mayo 2008
Proclamando la esperanza de Cristo al mundo (I)
Abril 2008
¡Resucitó...!
Marzo 2008
La gran paradoja de la cruz
Febrero 2008
¿Quién soy yo...?
Enero 2008
¡Volverá...!
AÑO 2007 >
AÑO 2006 >
AÑO 2005 >
AÑO 2004 >
AÑO 2003 >
AÑO 2002 >
AÑO 2001 >
 
Mayo 2008
Apologética y Evangelización
Imprimir Tema del mes

Proclamando la esperanza de Cristo al mundo (I)

«Dejad toda esperanza». Así rezaba el letrero colgado a la entrada del infierno de Dante («La Divina Comedia»). Ésta parece también la situación de muchas personas hoy para quienes la vida se ha convertido en un infierno porque han perdido sus esperanzas. Y es que el ser humano vive de esperanza; la esperanza constituye el motor de la vida, es lo que nos mueve–motiva. Todos, cristianos y no creyentes, estamos de acuerdo en que la esperanza es indispensable para vivir. Dos citas nos recuerdan esta realidad:

  • Albert Camus, pensador existencialista ateo: «Quien no tiene esperanza y es consciente de ello, ya no tiene porvenir».
  • Emil Brunner, teólogo protestante: «La esperanza es a la existencia humana lo que el oxígeno es para los pulmones. Sin oxígeno, uno muere de asfixia. Sin esperanza, uno sufre por la sofocación de la desesperación, debido a un sentimiento de vacuidad, de lo absurdo de la vida».

Sólo la esperanza puede dar sentido a la vida y arrojar luz a los rincones más oscuros de la existencia. La falta de esperanza es un morir ya en vida. Pero la cuestión esencial es qué esperamos –o mejor aún– en quién esperamos y si nuestra esperanza tiene alguna base. Por ello, queremos en este artículo mirar más alto y más lejos, allá donde los ojos de la fe nos ayudan a encontrarnos con el Dios de esperanza y proclamar esta realidad al mundo.

La esperanza en tiempos de desesperación

Antes de proclamar el mensaje de esperanza en Cristo, hemos de conocer a nuestro destinatario, la sociedad en la que nos toca vivir. Sólo si conocemos su situación, sus necesidades y problemas, lograremos ser relevantes. Por ello debemos considerar, aunque someramente, el contexto actual:

«El pesimismo, el cinismo y el escepticismo son la atmósfera de la Europa contemporánea. El optimismo moderno basado en la idea de progreso (que caracterizó los últimos 50 años) se considera hoy un mito ingenuo. La Europa de hoy ha sido profundamente moldeada por un siglo de baños de sangre» (Stuart Mc Allister, apologeta evangélico contemporáneo). Algunas de estas sangrientas páginas las tenemos muy cerca en el tiempo; tal es el caso de la atroz matanza de Srebrenica, en la ex Yugoslavia, donde en un solo día fueron ejecutados todos los varones del pueblo, desde adolescentes hasta ancianos, dejando la escalofriante cifra de 6000 muertos a sangre fría.

Sí, la situación del mundo hoy se caracteriza por el temor y el escepticismo ante un futuro con muchos nubarrones y pocas señales de esperanza. ¿Es una afirmación exagerada, alarmista? No, hay evidencias muy cercanas –quizás en nuestras familias o en nuestras ciudades– de que el progreso moral del hombre no ha ido parejo a su avance material y científico. He aquí unos pocos ejemplos que son la consecuencia práctica de esta crisis:

  • La depresión, según la OMS, es la tercera enfermedad en importancia hoy, y dentro de 20 años, ocupará el segundo lugar.
  • El suicidio se ha convertido en una verdadera plaga entre la juventud, siendo la primera causa de muerte entre los 18–25 años.
  • La violencia y la agresividad en sus múltiples formas (escolar, doméstica, bandas juveniles etc.) están creando una situación de alarma en muchas ciudades donde el destruir por destruir es casi un «hobby».
  • Los trastornos de ansiedad afectan a un 20% de la población en España.
  • La fragilidad de las relaciones, en especial las más básicas y significativas como el matrimonio y la familia, abocan a muchos a la inseguridad sobre el futuro. La filosofía del «nada a largo plazo» destroza vidas y familias al minusvalorar y hasta ridiculizar la idea de compromiso y de fidelidad.

Si vivir con esperanza es siempre importante, se torna imprescindible en épocas de crisis. Decía el pensador español Unamuno: «De la desesperación es de donde nace –ha nacido siempre– la verdadera, la auténtica esperanza. La desesperación es el suelo de donde nace la esperanza verdadera, esa que va creando la fe que se espera».

Unamuno tiene parte de razón: cuando el hombre toca fondo, de ahí puede surgir esperanza; pero, esta «función esperanzadora de la desesperación», ¿es suficiente? ¿lleva a alguna parte? Según el pensador francés Edgar Morin, no es así: «Nos sentimos perplejos y desorientados desde que sabemos que no somos más que una bola de fuego que gira como una peonza en medio del espacio celeste».

Veamos ahora en qué consiste la esperanza que queremos proclamar a esta sociedad en crisis, ¿cuál es su contenido? El texto de Ro. 15:13 nos responde a tres preguntas básicas sobre la esperanza:

  • ¿De dónde viene? Su origen.
  • ¿Cómo se manifiesta? Sus efectos.
  • ¿Cómo se consigue? Su aplicación personal.

El origen de la esperanza: Dios

«El Dios de esperanza...» (Ro. 15:13)

Dios mismo es nuestra esperanza, Él en persona: «para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo... alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado...» (Ef. 1:17–18).

La Historia desde el punto de vista bíblico es la historia de una esperanza, la esperanza de la salvación. Desde el principio Dios ha sido el dador de la esperanza:

Primero, a un hombre. El Dios personal busca al ser humano caído en el Edén para darle una palabra de esperanza: la primera promesa mesiánica (Gn. 3:15). Dios busca al hombre: ahí tenemos, por cierto, una diferencia singular entre el cristianismo y cualquier otra religión: una religión humana es el conjunto de esfuerzos que el hombre hace por llegar a Dios; va de abajo arriba. El cristianismo es exactamente lo contrario: el esfuerzo que Dios ha hecho por llegar al hombre (Heb. 1:1), va de arriba abajo. Por tanto, no todas las religiones son iguales.

Después, la esperanza se hace extensiva a todo un pueblo: «Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis» (Jer. 29:11).

Finalmente, culmina en Cristo y se hace extensiva para toda la humanidad: «Dios nos hizo renacer para una esperanza viva por la resurrección de Jesucristo... para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible reservada en los cielos para vosotros» (1 Pe. 1:3–4).

Por ello, esta doxología (Ro. 15:13) constituye a la vez un resumen y una conclusión lógica de toda la epístola a los Romanos. Empezaba su argumento central con aquellas memorables palabras: «El Evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree...» (Ro. 1:16) y termina proclamando la esperanza inigualable de este mensaje.

Ahora bien, ¿qué esperanza proclamamos? ¿En qué consiste? Veamos el contenido, la sustancia de nuestra esperanza en Cristo. El texto nos presenta dos grandes facetas, inseparables como las dos alas de un pájaro:

  • Esperanza para hoy: su dimensión presente.
  • Esperanza para el futuro: su dimensión eterna.

(Estas facetas serán tratadas en los próximos Temas del mes.)

Pablo Martínez Vila
 

VII Congreso Evangélico EspañolEste tema es la primera parte de la transcripción de la predicación del Dr. Pablo Martínez Vila en la clausura del VII Congreso Evangélico Español (celebrado en Barcelona en Diciembre 2007).
Junio 2008: Proclamando la esperanza de Cristo al mundo (II)
Julio/Agosto 2008: Proclamando la esperanza de Cristo al mundo (III)


Copyright © 2008 - Pablo Martínez Vila

Ver otros Temas del Mes de Apologética y Evangelización

 

Imprimir Tema del mes

Para imprimir este Tema del mes, haga clic aquí Imprimir Tema del mes.

También se ofrece la posibilidad de imprimir todos los Temas del mes de un año en un solo documento:
Temas del mes del año: 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2013.

 

Copyright

Los Temas del mes, como todo el material en la web de Pensamiento Cristiano, tiene el copyright de sus autores. Pero se autoriza la reproducción, íntegra y/o parcial, de los Temas del mes, citando siempre el nombre del autor y la procedencia (https://pensamientocristiano.com).

 
ESPECIAL NAVIDAD 2024 >
Grandes Cánticos de la Biblia
NAVIDAD >
«El triunfo de la luz sobre las tinieblas»
Tema del mes
«El gozo que nada ni nadie nos puede quitar»
Sermón en video
ESPECIAL CENTENARIO >
Web Memorial de D. José M. Martínez
Libros de D. José M. Martínez
Artículos de D. José M. Martínez
Sermones de D. José M. Martínez
La teología de José M. Martínez sigue viva, cien años después
El hueco vivo del silencio
NUESTRA WEB EN OTROS IDIOMAS >
en inglés:
CHRISTIAN THOUGHT
en francés:
PENSÉE CHRÉTIENNE
en holandés:
CHRISTELIJK DENKEN
BOLETÍN DE NOTICIAS >
Suscribirse al boletín de noticias
DONATIVOS >
¡Apoye a Pensamiento Cristiano con un donativo...!
Copyright © 2001-2024 - Pensamiento Cristiano
Aviso Legal - Política de Privacidad - Política de Cookies

Este sitio web utiliza cookies para obtener datos estadísticos. Las cookies de este sitio web nunca almacenerán datos personales. Si continúa navegando por este sitio web, entendemos que acepta el uso de cookies.
Ver nuestra Política de Cookies
Entendido