«El Padrenuestro (IV): El pan nuestro de cada día»
por José M. Martínez
La verdadera espiritualidad tiene la mirada en el Cielo, pero los dos pies en el suelo; se preocupa por lo divino, pero no se olvida de lo humano.
Jesús, que encarnó este modelo con su propia vida, lo describe magistralmente en el Padrenuestro. Las primeras tres peticiones nos elevan al Cielo y están centradas en Dios: su nombre, su reino, su voluntad; pero hay una segunda parte centrada en nosotros y en nuestras necesidades básicas.
De una forma natural, la oración modelo pasa del “Padre nuestro” al “pan nuestro”, de una invocación celestial a una necesidad terrenal. Para Dios no hay distinción entre lo sagrado y lo profano...
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