Hay una estrecha relación entre “el pan nuestro” y “el perdón nuestro” de cada día. Las profundas necesidades morales y emocionales del ser humano quedan expresadas en esta quinta petición. Necesitamos el perdón de Dios y debemos conceder perdón a nuestros ofensores. En esta doble dimensión del perdón se encierran las claves de nuestra salvación y de nuestra salud, de nuestra armonía con Dios y con nuestro prójimo...
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